JUSTICIA Y PAZ

Justicia y Paz es una organización de la Iglesia Católica, preferentemente laical, que tiene una estructura orgánica que parte de la Comisión Pontificia de Justicia y Paz del Vaticano, pasando por las Comisiones Nacionales que dependen de las respectivas Conferencias Episcopales Nacionales y se concreta en el ámbito local en las Comisiones Diocesanas erigidas por el Obispo titular de cada diócesis.
En la Diócesis de Cartagena, nuestro Obispo, Mons. José Manuel Lorca Planes, erigió la Comisión Diocesana de Justicia y Paz el pasado mes de septiembre de 2015, como foro de expertos de reflexión, estudio y divulgación del pensamiento social cristiano, en concreto de la doctrina social de la Iglesia.

viernes, 30 de diciembre de 2016

BALANCE DEL AÑO 2016 Y RETOS



Dejamos atrás el año 2016. El nuevo año nos reta a superar las páginas oscuras que nos ha dejado el año viejo. Para ello es necesario hacer un breve balance.
Entre los aspectos positivos, a nivel mundial destaca la presencia activa del papa Francisco, considerado el líder moral que la humanidad necesita, hombre de Dios y hombre profundamente humano, sensible al dolor de los pobres y al grito de la tierra, defensor de los derechos humanos y paladín de la paz.
Otro aspecto positivo es la firma de la Paz en Colombia entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC, pese a la resistencia de la oligarquía colombiana que se lucraba con la guerra sin importarle el sufrimiento del pueblo. Queda pendiente abordar las causas que dieron origen a la insurgencia.
Tampoco podemos dejar de lado que, por primera vez en casi 40 años, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, haya emitido una resolución histórica exigiendo al gobierno de Israel que ponga fin a los asentamientos en los Territorios Palestinos OcupadosEsta  noticia nos devuelve la convicción del poder que tenemos las personas para cambiar el mundo si actuamos unidas, pues ha sido fruto del trabajo de multitud de organizaciones de derechos humanos en todo el planeta.
A nivel nacional resalta la solidaridad del pueblo español con los damnificados por la crisis; el banco de alimentos se nutre esencialmente de los aportes de los ciudadanos, y esto es un signo indiscutible de esperanza. Asimismo, destaca la persistente lucha para frenar los desahucios de multitud de familias afectadas por las hipotecas. Y sobre todo, destaca la solidaridad, particularmente de la gente joven, para acoger y ayudar a los refugiados que huyen de los países en guerra.
Entre los aspectos negativos sobresale los casi 5.000 ahogados en el mar Mediterráneo, siendo una tercera parte mujeres y niños. Son personas que huían de la destrucción y de la muerte en sus países y se encontraron con el infierno de un mar que los devora a causa de una Europa insensible ante este drama que golpea la conciencia de nuestra sociedad. “Mare nostrum, mare mortuum” es el grito que atraviesa el Mediterráneo de sur a norte y de oriente a occidente. Recomiendo leer el libro “El Grito de los Refugiados”.
Relacionado con lo anterior, golpea la crueldad e irracionalidad de la guerra en Siria, Irak y Yemen, dejando un reguero de sangre y destrucción por doquier, mientras otros países se enriquecen con la venta de armas. No menos impactante son las masacres cometidas por el Estado Islámico, causante también de atentados terroristas en Europa.
Finalmente, no podemos menos que destacar la situación de degradación medioambiental a nivel planetario que nos está llevando a un cambio climático de incalculables consecuencias para toda la humanidad.
Son muchos los aspectos positivos y negativos que nos ha dejado el año 2016. Sin embargo, son mayores los retos que se nos presentan para seguir soñando y luchando por la reconstrucción de una nueva sociedad de justicia y de paz.


Fernando Bermúdez López
Miembro de Amnistía Internacional, de Justicia y Paz y de Comunidades cristianas de base

No hay comentarios:

Publicar un comentario